¿Que Navio é esse?...
María Eugenia Domínguez
Las narrativas acerca del surgimiento de la capoeira refieren a esa arte como una forma expresiva creada por los esclavos africanos y sus descendientes que, viviendo y trabajando forzosamente en las plantaciones brasileñas desde el siglo XVII, elaboraron una práctica de resistencia en un sistema social fuertemente opresor.
También existen registros que revelan que había capoeiras en varias ciudades brasileñas desde mucho antes del Siglo XX.
Los trabajos del historiador Carlos Eugenio Líbano Soares muestran que durante todo el Siglo XIX la capoeira tuvo una importancia tal en Río de Janeiro que condujo a su incorporación como delito en el código penal durante 40 años (entre 1890 y 1930). Los capoeiras causaban 'desórdenes y daños'; también perjudicaban a los dueños de esclavos siempre que huían de sus 'obligaciones' para unirse a las 'maltas', tal como se denominaban las agrupaciones que reunían a negros esclavos y libertos, criollos y nobles. Todo ello justificó la medida represiva que apuntaba a la erradicación de la práctica.Pero a partir de 1930 comienza un proceso de 'positivización' de la capoeira: deja de ser delito para ser considerada un deporte, y deja de ser una práctica exclusivamente callejera para pasar a ser enseñada en 'academias'.
Las principales academias se formaron en la capital del Estado de Bahia. Paralelamente a esa institucionalización se consolidaron dos tendencias hasta hoy consideradas opuestas por los propios practicantes.Ambas fueron desarrolladas por maestros bahianos. Una se forma como continuación de la iniciativa de Mestra Bimba y su 'capoeira regional' (denominación que enfatiza su surgimiento en la región de Bahia). La otra tiene como referencia a Mestre Pastinha y su 'capoeira angola' (denominación que enfatiza el vínculo con el legado cultural de los africanos esclavizados).
Ambas propuestas se consolidaron como estilos, que si entendidos como sistemas ético-estéticos, defienden valores diferenciados.
La primera es presentada como 'mestiza', exponente de la auténtica identidad brasileña (tengamos en cuenta que en Brasil la homogeneidad nacional es pensada como mestiza y no como blanca, como sucede en el caso argentino). La segunda es negra, destacando el vínculo con África, y el papel que los africanos esclavizados y sus descendientes tuvieron en la formación de la cultura nacional.Esta división se expresará en las iniciativas que se desarrollan hasta el día de hoy que, según los casos, se aproximan más a alguna de estas propuestas; las capoeiras anteriores a esa institucionalización raramente son evocadas para definir los sentidos contemporáneos de la práctica.
La institucionalización de la capoeira en la década de 1930 eliminó de su memoria las variantes qallegaron rue se desarrollaron en otras ciudades, estableciendo un corte especialmente con el pasado cioca, que asociaba la capoeira al malandro do 'morro' y al arte de los faquistas (cuchilleros) que con la corte portuguesa.
Como sugiere Leticia De Souza Reis, esa baianização de la capoeira trajo aparejada la inautenticidad de las capoeiras de otras regiones, borrándose una parte importante de la memoria de la resistencia negra.
La capoeira angola apareció en Buenos Aires gracias a la iniciativa de algunos alumnos de Yoji Senna - pionero en la enseñanza de capoeira regional en la ciudad-, que tras realizar algunos viajes a Bahía (Brasil) formaron un grupo independiente de aquel profesor. El objetivo era profundizar en la línea de la capoeira angola bahiana. A través de esa iniciativa, que tuvo lugar entre los años 1987 y 1992, ese grupo de jóvenes argentinos buscaba desarrollar el estilo que concebían como el más tradicional y el más próximo de las raíces africanas de la capoeira (en contraste con el estilo regional que es considerado moderno y deportivo).Para ellos, el contacto con la capoeira bahiana, era fundamental en su trabajo de difusión de la capoeira angola en Buenos Aires.
Este grupo -llamado Capoeira Angola Pequena- recibe en 1992 a Gafanhoto como profesor invitado. Gafanhoto, que era alumno de Mestre Curió de Bahia (quien a su vez fue alumno de mestre Pastinha), formó otro grupo de capoeira angola, que mantuvo su actividad hasta 1995. Durante esos años había estado en la ciudad un angoleiro bahiano llamado Ciro -alumno de Mestre João Pequeno, por su parte alumno directo de Mestre Pastinha- que formó un grupo que existió durante uno o dos años, pero que no tuvo continuidad.
Notemos que, hasta entonces, toda la iniciativa 'angoleira' en Buenos Aires tenía como referente a la capoeira angola bahiana, siguiendo el linaje de Mestre Pastinha.
En 1990 llega a Buenos Aires Mestre Pedrinho de Duque de Caxias, Río de Janeiro, quien inicia un trabajo formal y continuado en la capoeira en la ciudad en 1994. De dar clases en un centro cultural, pasa luego a enseñar en un gimnasio hasta que, en 1998, inaugura su propio espacio en el barrio de Once, en el que se llevaron a cabo distintas actividades ligadas a la cultura afrobrasileña.
A través de su trabajo en Buenos Aires, se consolidó el grupo Terreiro Mandinga de Angola –TMA- que ya existía en Rio de Janeiro. En su propuesta se combinan elementos ligados a la 'tradición angoleira', especialmente en lo que dice al 'origen africano' de la capoeira, con otros ligados al pasado carioca de la práctica, a la ética y estética 'da capoeira de rua' (callejera), y a elementos identificados como 'símbolos étnicos' de los afrobrasileños, muchos de ellos ligados a las religiones afrobrasileñas.
Cualquier expresión cultural puede ser examinada en busca de marcas que nos hablan de diálogos con otros tiempos y otros lugares, diálogos que constituyen el sentido contemporáneo de cada expresión.
El trabajo del Terreiro Mandinga de Angola exhibe diálogos con otra esferas de la cultura afrobrasileña, y se articula de modo particular con las narrativas que dan sentido a las distinciones en el universo de la capoeira. 'Terreiro' puede significar en portugués el patio de una casa, una superficie de tierra plana y limpia de malezas, pero también casa de candomblé o casa de santo (o las distintas denominaciones que reciben los espacios donde se preparan y practican las ceremonias en las religiones afrobrasileñas).Esta asociación de la designación del grupo a un espacio sagrado es importante en esta propuesta que no concibe a este arte como un deporte, en el que las características del juego dependerían exclusivamente de la preparación física de los atletas.
La capoeira angola, según esta propuesta, es una expresión cultural que no implica solamente destreza física, sino también el desarrollo de disposiciones que posibiliten la sensibilidad musical, la improvisación poética, la plasticidad gestual, todo contribuyendo a su carácter lúdico. Implica también el conocimiento de un 'fundamento', de ciertos principios con los que se familiariza quien participa de la capoeira en sus aspectos rituales, más allá del aprendizaje de algunas secuencias básicas de movimientos.Mandinga es el nombre de un grupo étnico del África, al que pertenecían muchos africanos traídos a América como esclavos; en la denominación del TMA el término mandinga funciona como metáfora del vínculo con los pueblos de ese continente. Pero mandinga es también la facultad de lidiar con fuerzas sobrenaturales y la habilidad para burlar al adversario, pudiendo estos dos sentidos aparecer separados o bien el uno como posibilitador del otro.Así, la competencia en el juego no tiene que ver solamente con la fuerza física, ni con un estado físico atlético. Angola, no se refiere solamente a una relación real o imaginaria con el continente africano, sino a las discusiones sobre los papeles que los diferentes grupos sociales desempeñaron en la historia del Brasil.
El símbolo del TMA está formado por las letras de esta sigla y dos navajas abiertas que, enfrentadas, encierran el nombre del grupo. La navaja simboliza el nacimiento del capoeirista a través de su iniciación espiritual, ya que en varias religiones afrobrasileñas se utiliza una navaja para rapar la cabeza del iniciando y propiciar su vinculación con los orixás o santos (por ello se denomina 'fazer a cabeça' a este tipo de iniciación). A su vez, la navaja tiene un significado particular en la historia de la capoeira, ya que alude indiscutiblemente al 'malandro' carioca de principios de siglo (el 'malandro' carioca y la 'malandragem', encuentran su paralelo sociológico en el malevaje del arrabal porteño y los compadritos cuchilleros de comienzos del Siglo XX). En cuanto símbolo, la navaja introduce el pasado carioca en la historia de la capoeira, y nos remite a su aspecto espiritual.Según esta forma de pensar una memoria para este arte, se puede ser angoleiro –y no identificarse con los significados asociados a la capoeira regional- sin ser bahiano. El angoleiro carioca, como el bahiano, reivindica un origen africano para su arte, y busca ser un representante legítimo de la cultura negra tradicional.
Sin pertenecer al linaje dominante en las narrativas sobre capoeira angola, muestra que otras estéticas también pueden ser parte de la tradición negra de resistencia.
La capoeira angola, generalmente considerada el estilo más tradicional, no se define por un conjunto de rasgos que se habrían mantenido intactos desde el pasado, sino por la identificación de sus practicantes con valores que dialogan con capoeiras de otros tiempos y lugares, y que dan sentido a las prácticas del presente.
miércoles, 20 de abril de 2011
lunes, 18 de abril de 2011
RODA ABIERTA EN NUÑEZ
ESTE JUEVES 21 DE ABRIL A LAS 20.30HS HAY RODA EN EL CLUB JUVENTUD DE NUÑEZ. CALLE 11 DE SEPTIEBRE 3635 ( y Larralde). A 3 cuadras de estacion de tren Nuñez y a 2 de Av Libertador
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