El Quilombo en diferentes países de América Latina ha sido asociado al lío, desbarajuste, prostíbulo, desmadre o desorganización. Nada más lejos de su concepto original.El Quilolmbo de los Palmares surgió a partir da la unión de negros que habían escapado de la esclavitud en los ingenios de azúcar de la Zona de la Mata noreste, alrededor del año 1600. Ellos se establecieron en Serra da Barriga, donde hoy está el municipio de União dos Palmares (Alagoas). Ahí, por las condiciones de difícil acceso, lograron organizarse en una comunidad que, se estima, ha llegado a reunir más de 30 mil personas. Muchos de ellos eran indígenas y blancos pobres.
A lo largo del siglo XVII, Palmares resistió a las innumerables embestidas militares de los portugueses y de los holandeses, que dominaron parte del noreste de 1630 a 1654. Según el historiador Pedro Paulo Funari, en su artículo La República de Palmares e la Arqueolojia de la Serra da Barriga, en 1644, hubo un ataque holandés donde fueron victimadas 100 personas y apresadas otras 31, de un total de 6 mil que vivían en el quilombo.
El quilombo (término que significa “campamento guerrero”, en las lenguas bantos de Angola) era denominado “República de los Palmares” por los portugueses. El quilombo estaba formado por muchas aldeas, cuyos nombres eran africanos, como Aqualtene, Dombrabanga, Zumbi y Andalaquituche; indígenas, como Subupira, o Tabocas y portugueses, como Amaro. Su capital era Macacos, término de origen incierto (es posible que sea tanto portugués como derivación del banto macoco).
Los quilombos del siglo XXI
Después de mucha lucha de los movimientos negros y de sectores progresistas de la sociedad civil, la Constitución de 1988 aseguró a quienes aún vivían en las comunidades quilombolas, el derecho a obtener la propiedad definitiva de sus tierras.
El Quilombo de los Palmares es el más emblemático y recordado por la historia oficial, pero existen muchas otras comunidades quilombolas que han permanecido y siguen teniendo presencia en nuestros días. Se estima que hoy en día, existen por lo menos 3 mil comunidades remanentes de quilombolas, distribuidas en 24 estados brasileños, que en su gran mayoría son comunidades rurales.
Vale resaltar que aunque muchos quilombos hayan sobrevivido a una larga historia de acoso, otros han perdido significativas partes de su territorio original o han sido rodeados por ciudades, encontrando así mayores obstáculos para la recuperación integral de su territorio. Eso pasó con el primer quilombo urbano reconocido en el país, el Quilombo de la Familia Silva, en el estado del Rio Grande do Sul.
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